Regularización Ya: «Encerrar y echar a la gente cuesta dinero»

José Bautista destaca las diferencias ideológicas entre los ministerios implicados en la gestión migratoria, donde predomina el marco securitario del Ministerio de Interior. También se lamenta de las condiciones de esclavitud de los migrantes en el campo o de la oportunidad perdida por el Gobierno para regularizar a los extranjeros, demandada por la plataforma Regularización Ya.

«Existe una rivalidad enorme entre el Ministerio del Interior y el resto de ministerios, empezando por el de Seguridad Social, Empleo y Migraciones. Está predominando el enfoque de Ministerio del Interior, que es militarizar, impedir y dejar en tercer o cuarto lugar todo lo que tenga que ver con Derechos Humanos».


  • PREGUNTA: ‘Tu amor para mí no es fantasía’, del disco justamente posterior a La Leyenda del Tiempo: Como el agua, ya con Paco de Lucía y con Tomatito. Esta canción es evidentemente una canción de amor, aunque creo que para ti tiene un significado diferente. ¿Por qué te gusta tanto este tema de Camarón y qué es lo que te dice su letra?

RESPUESTA: Yo escucho la letra casi pensando en España como país, y a lo mejor lo que voy escuchando lo veo como una metáfora. Y con Camarón tengo esa cosa especial y religiosa, pero es que además Camarón ha sido un poco mi compañía en la melancolía de cuando estaba afuera en el extranjero y echaba de menos mi tierra, o mi ritmo, o mi cultura, etcétera. Camarón me transportaba eso, y ese tema en concreto, si lo escuchas pensando en España, lo vas a entender. Tiene muchas metáforas que me gustan: de un país que quiere pero que no llega, y que te amo y me muero por ti, pero… Es para escucharlo despacito. Si lo escucháis en clave España y Cultura, yo creo que gana fuerza.

  • P: En esta pandemia el Gobierno hizo su promesa de que nadie se quedaba atrás, pero los más afectados han sido y son los trabajadores migrantes que realizan esos servicios mínimos, como la recogida de frutas y verduras en el campo. Creo que, por tu procedencia, este tema te toca muy directamente. ¿Crees que se está trabajando eficazmente para combatir la esclavitud en el campo?

R: No. Creo que no, y me duele decirlo porque la ministra que está ahora mismo al frente de los inspectores de trabajo (Yolanda Díaz) creo que es una persona que es consciente de lo importante que es esto. Y creo que se está encontrando muchas reticencias. De hecho, cuando anunció que iban a aumentar las inspecciones en el campo a raíz de todos los escándalos que habían saltado durante la pandemia, creo que frenó muy rápido porque recibió unas presiones enormes. Algunas fueron públicas, pero tuvieron que ser mucho más dolorosas las que fueron a puerta cerrada. Y es una pena porque ya no solo hablamos de derechos, sino que hablamos también de recaudación fiscal. Hay muchísimo dinero ahí que se está yendo, hay miles de vidas que se están arruinando con este tema. En mi provincia, en Jaén, en Pozo Alcón, un señor tenía empleados esclavos. Uno de ellos murió y no sabemos cómo, y lo llevó al centro de salud, lo dejó en la puerta tirado y se fue, como si fuera un perro. Y a este tío lo han absuelto hace dos semanas. No va a ir a la cárcel, lo van a tratar como una mera irregularidad de contratación y punto. Es terrible. Hay mucho sufrimiento, pero es que además se está yendo una fuente de vida para ellos y de riqueza para el resto del país, porque sería gente que estaría cotizando y que estaría disfrutando de lo que supone ser un ciudadano en la Unión Europea. Porque tienen todo el derecho.

Regularización Ya: «España lo tuvo a huevo»

  • P: A raíz de la pandemia, las personas en una situación legal irregular se han movilizado, tanto que por primera vez en mucho tiempo se habla de una regularización extraordinaria de migrantes. José, ¿podemos esperar que la campaña Regularización Ya dé sus frutos en un futuro próximo, por lo menos?

R: Ojalá que sí. No lo sé. La oportunidad de oro se pasó hace un par de meses. El Gobierno lo tenía fácil para justificar y para explicar que era necesario regularizar a toda esta gente. Y además lo han hecho muchos países cerca de nosotros. No es todo oro lo que reluce, pero bueno, Portugal ha dado pasos valientes, Italia también… España lo tuvo a huevo y no lo ha hecho. Y ahí hay una cosa que nos está comentando mucho, pero bueno, y es la rivalidad enorme que hay entre el Ministerio del Interior y el resto de ministerios, empezando por el de Seguridad Social, Empleo y Migraciones. Está predominando el enfoque de Ministerio del Interior, que es militarizar, impedir y dejar en tercer o cuarto lugar todo lo que tenga que ver con Derechos Humanos, incluso para gente que está ya dentro de España y que está contribuyendo a que esto no se vaya a pique. Es absurdo.

  • P: Y es que en España viven sin papeles más de medio millón de personas. ¿Crees que la hipotética regularización de su situación tendría efectos en la economía?

R: Pero sin duda. Y además, esto está probado científicamente por gente que es especialista en macroeconomía y en microeconomía. Yo no manejo las cifras con mucha soltura, pero sí recuerdo, por ejemplo, que una regularización parcial (ni siquiera una cosa que meta a todo el mundo, una cosa bien controlada y a una parte) afloraría, de media, 4.000 ó 5.000 euros por persona regularizada para las arcas públicas. Ahora mismo la lógica es la contraria. Personas que están trabajando en condiciones precarias, que no están cotizando, que además si la policía las encuentra, tienen todas las papeletas para que la monten en un avión después de haber estado un par de meses encerrada y la echen… Y encerrar a la gente cuesta dinero y echar a la gente cuesta dinero. Ahora mismo impera esa lógica, pero sin lugar a duda el impacto sería positivo y de hecho ya se está haciendo en otros países. Nueva Zelanda, por ejemplo, está haciendo auténticas locuras con este tema y le están saliendo muy bien.

  • P: Durante la pandemia también hemos vivido etapas de gran racismo frente a la población migrante. No solo contra extranjeros en España, sino también frente a españoles en países de fuera. ¿Crees que seguirá aumentando este racismo?

R: Pues no lo sé. En España yo creo que se va a frenar un poco porque quiero pensar que cada vez más gente se da cuenta de que su enemigo no es el chico que viene de Mali a ganarse la vida, o la señora de Honduras que está cuidando ancianos. Creo que cada vez más gente se da cuenta de que el enemigo, entre comillas, va por otro lado. En otros países no lo sé. En India, por ejemplo, hay unos episodios de racismo crecientes. En Estados Unidos, a ver qué pasa ahora con las elecciones, pero el racismo también ha alcanzado cotas que dan bastante que pensar. En el resto de Europa… Francia está lidiando también ahora con un tema que tiene mucho que ver con el racismo, que la islamofobia. No hay un panorama muy alentador a corto plazo, pero a lo mejor todo esto ayuda a que más gente lo vea con claridad y entienda que el problema no lo tienen su semejante, aunque se vista con chilaba o se llame Moussa.

  • P: Muchos de quienes nos escuchan te han puesto cara y nombre porque te conocen físicamente, pero otros solo te conocen de Twitter y precisamente tu avatar es Federico García Lorca, a quien está dedicado este programa. Te voy a hacer la misma pregunta que le hizo Pablo Iglesias a Ian Gibson, que la puse el otro día. ¿Quién es Federico y quién es Federico para entender España?

R: Wow, que difícil. Por cierto, qué bonito que el programa esté dedicado a Lorca. Que conste que yo no soy un experto en Lorca, yo simplemente amo lo que hizo y amo la historia que hay detrás de él y lo que simboliza. ¿Quién es Lorca? Lorca es un ser de luz que, a través de sus manos y de su corazón, puso sobre el papel cosas que casi 100 años después de su muerte, siguen haciendo que la gente vibre, en España y fuera. Hablaba en una lengua universal, y tenía un don, y nos lo quitaron, pero el tiempo que estuvo aquí en vida lo empleó bien. Y bueno, tuvo sus privilegios también para poder hacerlo. ¿Quién es Lorca para mí? Lorca es una fuente de lo que yo quiera en ese momento: si quiero estar triste, porque a veces me gusta regocijarme en mi mierda sentimental, ahí lo tengo. Y si quiero estar nostálgico, o si busco alegría, o si quiero viajar en el tiempo… Nunca me habían hecho hecho esta pregunta, pero es que creo que no puedo responderla. Lo que a mí me transmite Lorca, lo que siento cuando lo leo, o cuando lo escucho a través de Camarón, o cuando pienso en su historia… Y además se suma que mi familia materna viene de su zona, y había algún parentesco ahí de mi abuelo, etcétera. O sea, que a mí me evoca mucho a la tierra también. Y Lorca además, yo me obsesioné un poco más con él estando fuera de España: como que también lo utilicé de refugio para volver a casa, y sentir que no estaba tan lejos, etcétera, etcétera. Ha sido abrigo Lorca en mi vida hasta ahora.

  • Y ha coincidido también Camarón, ¿no?

Me siento, además afortunado. Qué alegría que de nuestra tierra salgan corazones tan poderosos y que además se den la mano en el tiempo. Que Camarón cante a Lorca es una de las cosas más sublimes que pueda haber en el mundo. Y si alguna vez me quiero morir, me acordaré de que eso existe y se me quitarán las ganas.

  • Para terminar, algunas recomendaciones: ¿tienes algún libro que te acompañe siempre?

Que me acompañe en el sentimiento… Me marcó mucho (va a sonar a topicazo) ‘1984’ (de George Orwell), por ejemplo. Creo que dibuja un futuro latente… Disfruté mucho y no te sabría decir por qué con uno que se llama ‘La insoportable levedad del ser’ (Milan Kundera). También hay una escritora de Nicaragua, que se llama Gioconda Belli, que también me marcó mucho por cómo narra y por las vivencias que cuenta, y aunque sea muy concreta y hable en primera persona, a menudo lo que trasmite es muy extrapolable a cualquier realidad y a cualquier tiempo. Hay un libro que no me he leído, pero que también tengo muy presente, que es El Quijote. Es que creo que nos lo han robado: en el mundo institucional, el Estado y esta gente lo han convertido en estatuilla de oro y se dedican a echarle flores sin entender lo que Cervantes significaba, y el pensamiento que este tío tenía hace 500 años, y la cantidad de luz que le puso al libro. Hay un pasaje del Quijote en el que un cristiano y un musulmán se encuentran y el cristiano le dice: «que tu Alá te proteja». Y el musulmán le responde: «que tu dios te guarde». Hay una foto del mundo y una forma de entender las cosas ahí que… en fin, es un libro que tengo presente sin haberme leído, fíjate.

  • ¿Y una película indispensable?

Uff… una peli, te diría… Mira, te voy a decir un documental: ‘La pesadilla de Darwin’. Creo que estaba abierto en abierto en YouTube, y que creo que es una de las obras más bestias que se han hecho con una cámara, porque narra una cosa muy cruel, pero hace que la imagen llegue a ser bonita narrando algo tan, tan, tan terrible. Hay otra película que me gusta mucho, y creo que es de las pocas que he visto tres o cuatro veces, que se llama ‘Hijo de los hombres’. Esta es más reciente y es muy potente también, y además tiene una cosa muy fuerte con las migraciones y dibuja también un futuro utópico que podría ser pasado mañana. Te la recomiendo muy, muy, muy fuerte.

  • Ahora sí que sí, para finalizar, una pregunta que puede parecer simple, pero que nunca te he hecho y que creo que es necesario verbalizar. ¿Por qué quisiste ser periodista?

Te confieso que no estaba yo con la vocación súper puesta en el Periodismo. Yo me vi en la tesitura de, o me voy a estudiar o me quedo en el pueblo con mis colegas, pero con perspectivas un poquito desalentadoras. Y decidí estudiar. Pedí Medicina y pedí Periodismo. Y Periodismo lo pedí porque siempre me ha gustado mucho la información y porque siempre se me ha dado más o menos bien escribir. De hecho, hasta tengo un trauma de profesores que se metieran conmigo por alguna historia de Lengua… en fin. Pero no, no me metí por vocación, como han hecho otros compañeros míos que desde los 15 años ya estaban colaborando con la radio de su barrio o lo que sea. Lo que pasa es que yo me metí ahí y descubrí que me apasionaba el tema, y que además me apasionaba también el privilegio de ser quien va al lugar, ve lo que sucede y lo cuenta. Y además, tú sabes que esta profesión es muy precaria y muy, muy perra, pero tiene lados muy satisfactorios. Cuando algo sale bien… Y hay cosas que cambian y no las ves porque son grandes océanos, pero hay otras que sí las puedes ver y son palpables, y puedes hablar con las personas transcurrido el tiempo y ver que las cosas han cambiado. Es satisfactoria; tiene agridulces fuertes. Así que, no sé por hice esto, pero no soy de los que van diciendo «que tu hijo no estudien Periodismo», etcétera, etcétera. Sí soy de los que va diciendo: «aquí hay hambre, dolor, pena, insomnio, alcohol y drogas», pero esto es necesario y tiene un punto precioso, aunque sea destructivo.

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