«El negocio fronterizo de los últimos 20 años no tiene precedentes en la Historia»
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By Salvador Carnicero Arcos
- On Dic 1, 2020
- In José Bautista
El periodista especializado en Migraciones José Bautista presenta la industria del control migratorio en España en esta primera parte de su entrevista en La Leyenda del Tiempo, así como su libro ‘Buscar la vida’.
«Melilla es el gran agujero negro en materia de Derechos Humanos. La geografía española está salpicadísima, pero lo que sucede allí cuesta concebirlo en un país como España, y en la Unión Europea en pleno siglo XXI«.
Esta es la transcripción íntegra de la primera parte de la entrevista con el periodista José Bautista (La Marea, The New York Times, Fundación por Causa). También puedes escucharla directamente en tu dispositivo a través del reproductor y en los canales de IVoox y Telegram de La Leyenda del Tiempo.
- PREGUNTA: El recientemente fallecido Pau Donés, con su Jarabe de Palo, cantaba, hace casi veinte años ya, esta realidad tan simple: «En lo puro no hay futuro, el futuro está en la mezcla. En la mezcla de lo puro, que antes que puro fue mezcla». Hoy vamos a hablar de Periodismo de Migraciones. José, desde un punto de vista meramente cultural o comunicativo, ¿crees que hay algo puro que antes no fuera mezcla?
RESPUESTA: Yo creo que no. Ni siquiera géneros de la Cultura o ramas que reivindican mucho esa pureza pueden presumir de raza aria. Aquí la riqueza es mezcla pura y dura. Y no sólo en el ámbito cultural; también el ámbito social, el económico… Todo. Todos somos producto del movimiento. La Tierra gira, las personas se mueven… y, por tanto, nos mezclamos. Y no decidimos de quién nos enamoramos ni a nivel humano ni a nivel cultural. Así que creo que no, que no hay pureza propiamente dicha.
- P: Esta pregunta te la copio de tu entrevista del otro día al eurodiputado Miguel Urbán. Sé lo que vas a contestarme, pero creo que tu respuesta nos va a ayudar a enfocar el tema. ¿Te consideras migrante?
R: Yo sí. Y me considero migrante porque parto de la definición de que migrante es aquel que se mueve, y hay gente que migra dentro de su país, y hay gente que migra dentro de su provincia, y hay gente que migra de un país a otro con papeles y otra gente que lo hace sin papeles. Yo lo he hecho con el privilegio de ser europeo y de tener un pasaporte que es bienvenido en muchos sitios, y también con otros privilegios y con la suerte además de haber encontrado trabajo en muchos sitios. Pero hay gente que es migrante igual que yo, sólo que tiene unas condiciones y unas circunstancias muy distintas. Y ahí es donde hay que concentrar un poco la lucha, en defensa de eso. Que se nos olvida, pero migrar es un derecho. Esto está reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y hay gente a la que le cuesta verlo aún siendo migrante, de tanta mancha que se le ha puesto encima esa palabra.
- P: Naciste en Úbeda (Jaén) pero, has vivido en Francia, Chile, Brasil, Corea del Sur y Reino Unido. También has cubierto la ruta migratoria de los Balcanes y has documentado la situación de los migrantes al norte de Francia, en Calais. ¿Te sentías migrante entonces, o has ido adquiriendo esa, digamos, conciencia de clase?
R: Me reafirmaba en que soy migrante y me reafirmaba en estas situaciones en que hay una injusticia terrible con personas semejantes y muy parecidas a mí, a ti y a cualquiera de nosotros. Y estas personas padecen un sistema injusto que a mí me brindó oportunidades y a estas personas, en el fondo y al final, a la mayoría le va a brindar oportunidades, entre ellas la de seguir viviendo y sobrevivir. Pero es por culpa de este sistema que padecen y sufren. Yo, trabajando con migrantes en todo tipo de circunstancias, me reafirmaba como migrante y me reafirmaba en la injusticia que padecen por ser de otro país, por ser de otra raza o por, simplemente, no tener suficiente dinero.
- P: Las teorías clásicas y modernas de la migración enfocan el fenómeno principalmente desde un punto de vista económico. Las oportunidades laborales son la principal causa de la migración, mientras que la diferencia salarial entre los países de ida y de vuelta es su principal indicador. José, dos preguntas: La primera: ¿Siempre has cambiado de casa por trabajo o por formación? Y la segunda: ¿Han afectado a tu decisión las diferencias salariales de alguna manera?
R: He tenido de todo. Ha habido momentos en los que me he mudado por amor, y momentos en los que me he mudado por ambición laboral o por expectativas. De hecho, yo salgo de España para instalarme fuera, sin billete de vuelta, porque termino la carrera en 2010. Y en 2010 el panorama aquí estaba… esto era tierra zombi. No había trabajo ni en Periodismo, ni en hostelería, ni en nada. Pero en otras ocasiones, por ejemplo, cuando fui a Brasil, no fui tanto por trabajo, sino porque mi pareja en ese momento tenía muy claro que quería ir allí, que su crecimiento laboral y profesional iba por ahí, y yo me fui con ella porque quería estar con ella, entre otras cosas. Después descubrí un país increíble. Y sobre lo que decías del pensamiento económico… lo que dice la investigación académica, que está muy enfocada en lo económico, es que la migración es positiva en todos los términos, incluso incluso desde la óptica más capitalista pura y dura. Y sin olvidar que una de las premisas del capitalismo liberal es la libre circulación de capitales, y se supone que el capital humano es uno de ellos. Pero el problema creo que está en que hay tanta basura a nivel discurso político, incluso en ciertos medios de comunicación, que hace que toda esa evidencia empírica se quede en segundo plano, y que al final prioricemos emociones que tienen mucho que ver con el miedo, con el desconocimiento, con la inseguridad… y que al final son negativas tanto para la sociedad receptora como para el que migra. Es un sinsentido tremendo todo el tema que hay montado con la migración ahora mismo.
- P: Creo que sencillamente la causa de la migración es buscar algo. Para algunos ese algo puede ser el amor, para otros la seguridad o el dinero, pero en cualquier caso, es simplemente buscarse la vida. Hace muy poquito has publicado con Sabela González precisamente el libro Buscar la vida, junto a la editorial Libros.com. Los protagonistas de esta crónica son niños marroquíes que viajan a Melilla como puente para buscarse la vida en Europa. José, ¿Qué buscaban Wahid y sus compañeros en Melilla y qué se encontraron?
R: Pues buscaban la vida y se encontraron con un agujero de corrupción… y un país que en su sueño y en lo que imaginaban era habitable y casi perfecto, pero que después descubren que no se preocupa realmente por lo vulnerables que son ellos, ni por la situación tan penosa que tienen, ni por la corrupción enorme que hay en torno a la gente que se supone que debería de estar cuidándolos. Y esta historia en realidad se repite no solo con chicos de Marruecos, sino también con chicos de muchos otros sitios. A lo mejor, si estuviésemos en el año 1954 y tú y yo viviésemos en Francia, podríamos estar hablando de esto mismo sobre niños españoles que migraron al norte en busca de sobrevivir. ¿Qué buscan? Buscan la vida. Son niños.
- P: Y es que estamos hablando de niños que migran solos. Por incidir un poco, ¿no?
R: Totalmente. A veces se nos olvida o los prejuicios por la apariencia de alguien nos quitan eso de la mente. Pero son niños; son personas menores de edad, chavales muy jóvenes, que han tenido unas circunstancias difíciles, aunque a menudo ellos no sean conscientes del todo porque para ellos era normal que en casa solo hubiera para comer dos veces al día o una, o porque tuvieran que estar trabajando de sol a sol con once años. Pero sí, son niños, y son el eslabón mal más vulnerable de cualquier sociedad, porque estos en concreto son niños extranjeros que llegan sin el idioma, que no conocen la cultura, que no tienen aquí un familiar al que agarrarse, y que además migran solos. No tienen una persona adulta que los esté cuidando o un familiar un poco más mayor que se responsabilice de ellos. Es bien difícil.

- P: España es un país democrático y cuenta con un limitado, pero estable, Estado de Bienestar. No obstante, los Derechos Humanos no se cumplen en todo su territorio. Existen los llamados «no lugares», donde estos derechos humanos pueden incumplirse sistemáticamente. En Melilla hay unos cuantos, ¿no?
R: Joder. Melilla es el gran agujero negro, en mi opinión, en materia de Derechos Humanos. La geografía española está salpicadísima, desde cárceles hasta centros de acogida de menores. Pero lo que sucede Melilla… En Ceuta, también, pero Melilla es más grande y tiene más poder económico, incluso político. Y lo que pasa allí… cuesta un poco concebirlo en un país como España, y en la Unión Europea en pleno siglo XXI. Es impropio incluso de las épocas más turbias de este país.
- P: ‘Buscar la vida’ nace por tu parte de una macro-investigación periodística publicada en 2018 en el Confidencial, titulada «Melilla, la ciudad más corrupta de Europa», o simplemente «Melilla Vice» (Corrupción en Melilla). José, ¿qué supuso para ti esta investigación?
R: Un matiz muy pequeñito antes de responderte. Buscar la vida nace de la fusión de Melilla Vice, por mi parte… que en realidad tengo que decir que no es mi parte, es la parte del equipo de por Causa y hay muchísimos periodistas ahí aunque yo lo coordinase, y ellos picaron más piedra que nadie. Y por parte de Sabela, de una investigación que hizo ella, que se llama de hecho «Buscar la vida» y en la que trabajaba a pie de tierra con los niños. Para mí, al ser la primera vez que escribo un libro, me he dado cuenta de lo difícil que es narrar en esa extensión, con esos plazos y con esos procedimientos. Para mí supone también un pequeño hito, porque yo tenía ganas de que gran parte de la investigación que hicimos con por Causa se entendiese en un contexto específico como es el de algo tan evidente como estos chicos. En el libro ponemos, digamos, en espejo, o enfrentamos dos realidades: por un lado, la de estos chicos. Y por otro lado, la de toda la corrupción que se genera en la ciudad, en parte gracias a la enorme cantidad de dinero que recibe de Melilla para temas de migraciones. Para mí fue muy satisfactorio sacar el libro y estoy deseando recibir feedback, aunque ya hay gente que me va haciendo comentarios. También te digo que he pasado un poco de miedo porque hay cosas que salen ahí que pueden despertar animadversión en gente que tiene mucho poder y que tiene mucha facilidad para plantarte una querella, aunque después no prospere. Pero bueno, creo que está muy bien atado y que esto se basa en información documentada de una investigación sólida como fue Melilla Vice. Así que, de momento, satisfacción y la esperanza de que sea un granito de arena entre muchos que faciliten que haya un cambio, empezando por los pequeñines que están allí buscándose la vida.
- P: Y, hablando de cambios, ¿crees que el cambio de Gobierno de la Ciudad Autónoma estuvo relacionado con la publicación de Melilla Vice? En otras palabras, ¿crees que el Periodismo puede cambiar el mundo?
R: Yo creo que sí. De hecho, en la primera entrevista que dio Eduardo de Castro -el presidente actual de Melilla y que es el que ha sucedido tras 20 años a Imbroda- dijo que una de las razones por las que decidió embarcarse en esa locura que han hecho allí y que lo lleva a él de presidente es precisamente la investigación Melilla Vice. Esto lo dice él. Y, al margen de eso, por la gente con la que he ido hablando y por las fuentes que tengo allí en el ámbito jurídico, político o policial, creo que sí que marcó un antes y un después. Y además, como un pequeño prólogo a a la investigación «Melilla Vice», sacamos una exclusiva en la que aparecía el hijo del anterior presidente comprando votos en vídeo. Y eso también creo que hizo mella y permitió que mucha gente de Melilla se diese cuenta de que lo que estaban apoyando era pan para hoy y hambre para mañana. Y creo que sí, que el Periodismo puede cambiar el mundo poquito a poco. Si no cambiarlo, al menos encender la luz para que la gente decida con conocimiento de causa. Otra cosa es que la gente a veces decida de forma incorrecta, pero bueno.
- P: Decíamos que el buen periodismo puede cambiar el mundo, pero muchas veces no depende de sí mismo. Existen, valga la redundancia, poderosos poderes económicos que también hacen muy bien su trabajo. ¿Cómo funciona la industria del control migratorio y cómo afecta a la transparencia en la información pública?
R: La industria del control migratorio funciona de una forma muy sencilla. Ahí se juntan un montón de empresas de distintos sectores. Gente muy distinta, desde El Corte Inglés hasta Indra, que vende tecnología y servicios militares. Y descubren que en todo esto del control migratorio, desde construir vallas fronterizas hasta desplegar radares, pasando por hacer cárceles de migrantes, hay mucho dinero en juego. Entonces, se ponen manos a la obra y empiezan a licitar concursos públicos para hacerse fuertes en este negocio. Con dos ventajas muy grandes: una, que son empresas repletas de puertas giratorias, y eso facilita mucho que los contratos fluyan… Y, dos: hay mucho secretismo por parte del Estado en todo lo que tiene que ver con gestión de dinero y con contratos públicos. Y eso es algo que estas empresas utilizan, y se benefician y aprovechan para hacer cosas que mancharían su reputación, pero que como nadie las sabe y como a menudo son empresas que tienen una relación muy estrecha con los medios como grandes anunciantes o incluso participando en su accionariado… Pues bueno, ecuación perfecta. Es un gran negocio y para colmo, se refuerza mucho en momentos clave en los que da la sensación de que la migración es un súper problema, y que además siempre coinciden después de una gran crisis. Por ejemplo, en la llamada «crisis de los refugiados» en el año 2015 veníamos de una crisis económica tremenda, se había reducido el gasto en defensa, etcétera, etcétera. Y de pronto, encuentran que la migración es un nicho de mercado precioso: muy económico, muy rentable y con el Gobierno generosamente equipado para gastar lo que haga falta, incluso en cosas que no sirven para nada. Y nada, ahí están, haciendo negocio con ello.
- P: Para finiquitar esta parte, algo que debemos verbalizar. Teniendo en cuenta el poder de esta industria y de su franquicia, ¿crees que se puede parar la migración?
R: No, eso es imposible. Ni con todo el dinero del mundo. La gente se mueve por una razón o por otra. Y cuando además la gente está desesperada… si a la espalda te estás quemando, corres, aunque lo que tengas delante sea el infierno o sean pinchos, por muy altas que sean las vallas… Y esto lo demuestra la Historia. En ningún momento ha habido un frenazo en los flujos migratorios. El movimiento de la gente ha existido siempre, y de hecho, ahora más que nunca tenemos una cantidad de muros y de fronteras militarizadas que… hay que retroceder muchos años para encontrar una cosa así. Esto que estamos viendo ahora parece que estaba siempre, pero el negocio en torno a las fronteras que está surgiendo en los últimos 20 años… no tiene precedentes en la Historia.