El virus cierra las cárceles de presos inocentes: Los CIE

La enfermedad por coronavirus, la COVID-19, ha terminado por cerrar de manera temporal en España un tipo de cárceles para inocentes muy particulares: los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Antes del Estado de Alarma, la ocupación de estos centros era del 59%, según el Ministerio de Interior, que es el organismo responsable de estas instalaciones. Hoy solo está abierto el de Algeciras con cuatro personas encerradas según las últimas informaciones.

En este artículo explicamos las características de estas prisiones inútiles, opacas, corruptas en muchos casos, y que vulneran los Derechos Humanos con su simple existencia. También repasamos cómo se han ido desmantelando en las últimas semanas.

Todos somos humanos y todos somos migrantes. La piedra angular de los Derechos Humanos es la libertad, una palabra muy abstracta que desaparece para los migrantes, especialmente para los que tratan de entrar en la Unión Europea (UE).

Esta libertad es contraria a la naturaleza de los CIE, especialmente si la entendemos según la segunda y la tercera acepción del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE): “estado o condición de quien no es esclavo o de quien no está preso”.

¿Qué es un CIE?

Los CIE son cárceles de presos que, en su gran mayoría, no han cometido ningún delito. Son prisiones para inocentes. La mayoría de estos presos son migrantes que incurren en una falta administrativa a la hora de ejercer su libertad y migrar hacia otro país.

Su internamiento responde a una medida cautelar para que cumplan una sanción. Esta sanción es su expulsión del país, que puede haber sido decretada por vía administrativa o bien por la vía penal.

Estas instalaciones encierran, temporalmente y por un plazo máximo de 60 días, a:

  • Las personas interceptadas en las fronteras o en la costa
  • Las personas detenidas en la calle sin documento nacional de identidad o permiso de residencia
  • Las personas que cumplen una condena por un delito penal. Esta condena es su expulsión del país, que intenta garantizarse con su internamiento en estos centros

En estos centros de internamiento se agrupan todos estos migrantes sin distinción entre los tres casos, lo que conlleva a una criminalización social de las personas que solo han cometido una falta administrativa. Estas personas son vinculadas con los detenidos que han cometido delitos penales, que además representan una minoría estadísticamente no significativa entre todos los reclusos.

La Europa Fortaleza tiene mecanismos de blindaje contrarios a los principios fundadores de la Unión Europea. Los CIE, también presentes en el resto de países de la UE, se alimentan en parte de fondos europeos, pero también de las instituciones estatales y autonómicas. Dicho de otro modo, estos espacios los pagamos los ciudadanos de nuestros bolsillos y están relacionados con múltiples casos de corrupción, violaciones de Derechos Humanos y muertes que a continuación revisaremos.

Funcionamiento de los CIEs

El internamiento de estas personas obedece a una medida cautelar de privación de libertad que pretende garantizar la expulsión efectiva del extranjero al país de donde proviene. Su funcionamiento presupone que “existe una orden de expulsión que no se va a cumplir de manera voluntaria”, según González Beilfuss.

No obstante, son muchos los casos en los que la repatriación finalmente no se produce, ya que una parte significativa de estas resoluciones de expulsión nunca se hacen efectivas. En 2018 sólo el 34,5% de las órdenes expedidas fueron ejecutadas, por lo que estas prisiones son ineficaces al tan solo limitar la libertad deambulatoria de estas personas durante este período sin ninguna razón, ocasionando a los presos un sufrimiento inútil.  

que es un cie / marlaska interior / centro internamiento extranjeros
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska / Ministerio del Interior

El jueves 2 de abril la Fundación porCausa informó en exclusiva de que el Gobierno cerraría los ocho centros que tenemos en España y liberaría a sus internos antes del Lunes Santo. A raíz de las medidas de distanciamiento, estas instalaciones redujeron su ocupación hasta el 9% a finales de semana. En tiempos de coronavirus, la repatriación ha sido imposible, ya que todos los países han acabado por cerrar las fronteras.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska explicaba la semana anterior que las repatriaciones «están suspendidas» por «una imposibilidad manifiesta» de retorno hacia sus países de origen, ya que estos han cerrado sus fronteras incluso a sus propios ciudadanos. 

Durante ese plazo de 60 días, las instituciones del país receptor deben garantizar un lugar seguro para estos internos. La repatriación no debería producirse hacia países en guerra, pero recientes casos demuestran lo contrario.

Diferencias con las cárceles

Estos centros de internamiento son en su mayoría antiguas prisiones o establecimientos militares readaptados. Existen dos diferencias principales entre un CIE y una cárcel:

  • Su personal: en los CIEs solo trabaja personal policial y no especializado en Migraciones. Son cárceles de migrantes sin traductores, psicólogos, etc., contrariamente a lo que dicta el Real Decreto-ley que los ampara. Su carácter “no penitenciario” implica en realidad que estos presos, a diferencia de los encarcelados, no se preparan para ser reinsertados. El principio de reinserción es el que sostiene el sistema penitenciario.
  • Su opacidad: a diferencia de las prisiones, en sus instalaciones no pueden entrar los medios de comunicación, lo que dificulta la denuncia de las precarias condiciones de vida de sus internos y, por tanto, su mejora. Por su excepcionalidad jurídica, son lugares sin derechos, un ‘no lugar’, al igual que los campos refugiados.

Los argumentos por los que nadie debería ser encerrado en este tipo de lugares se desprenden de este artículo, pero en este M de Migraciones los resume en 12 motivos. El más importante de ellos es el siguiente: los CIEs matan. A lo largo del post también están incluidas las historias de los fallecidos encerrados.

A continuación, repasamos cómo el contexto del COVID19 ha desmantelado estas instalaciones en cascada:

1. Zapadores, en Valencia

El CIE de València empezó a ser vaciado por las autoridades el lunes 16 de marzo. La semana anterior se paralizó la primera expulsión de este CIE, la de un ciudadano colombiano que no pudo regresar a su país de origen tras haber cumplido los 60 días de internamiento. Parte de sus internos ya se habían declarado en huelga de hambre previamente por la falta de medidas tomadas contra el virus.

Durante esa semana, fueron liberados 8 internos el lunes y otro de ciudadanía marroquí el martes. A pesar de que la intención manifiesta del director del centro era la de liberar a todos los reclusos, el 3 de abril aún quedaban 12 personas encerradas en este espacio a la espera de que alguna ONG se hiciese cargo de su situación. Ese mismo día fueron liberados otros 3 migrantes. El día 6 aún quedaban 10 internos en su interior, mientras que al día siguiente solo tres personas. De estas tres personas, un ciudadano albanés ha sido liberado y otros dos internos han sido trasladados al complejo de Algeciras, que a 11 de abril cuenta aún con cuatro personas encerradas.

El viernes anterior, el juez de control del CIE de Zapadores emitió un auto en el cual solicitaba nuevas medidas de prevención contra el virus, como que solo hubiera 3 internos en cada celda. También limitó las visitas de abogados y de ONG.

Al menos tres personas han muerto desde 2006 durante su internamiento en Zapadores: un chaval de 23 años se suicidó en 2019, un hombre de 36 años, que murió en el Hospital de Murcia en 2009, y otro de 47 años de edad en 2008.

Un interno denunció en El Salto en 2019 las malas condiciones y la insalubridad de las instalaciones, la falta de agua caliente en invierno, maltrato psicológico por parte de algunos policías y hasta haber tenido que hacer sus necesidades en una botella durante la noche. Desde su apertura en 2005, Zapadores enfrentó una plaga de chinches en 2016 y una denuncia por parte de 39 internos en 2017 por vulneraciones de Derechos Humanos y violencia policial.

2. Zona Franca, en Barcelona

cie barcelona zona franca / centro internamiento de extranjeros barcelona
Centro Internamiento de Extranjeros Barcelona / Google Maps

El 19 de marzo el CIE de Barcelona fue clausurado completamente y sus internos fueron liberados. Desde el lunes 16 de marzo, la Policía fue liberando a los cuarenta migrantes que permanecían en el complejo barcelonés. En su mayor parte pudieron volver a su domicilio en Barcelona con familiares o amigos y una minoría fue amparada por los servicios sociales. Las últimas 13 deportaciones desde Zona Franca se realizaron con destino Argelia el fin de semana anterior.

Al menos tres personas han muerto en sus instalaciones desde 2006: un chaval de 22 años y otro de 34 se suicidaron en 2010 y en 2013 respectivamente, y otro joven de 21 años perdió la vida en su interior en 2012.

En 2018 se detectaron 30 casos de sarna en el CIE de la Zona Franca entre migrantes de origen guineano que habían sido trasladados desde Motril (Granada). Uno de los recientes liberados ha denunciado agresiones de 5 agentes ante el juez de guardia.

3. Aluche, en Madrid

El jueves 2 de abril los últimos migrantes encerrados en el CIE de Madrid fueron liberados y el viernes cerró sus puertas.

El 17 de marzo, alrededor de 20 de sus entonces ocupantes se amotinaron como protesta ante la falta de medidas sanitarias contra el COVID-19. Los últimos días en el CIE de Aluche fueron terribles: un compañero permaneció aislado en una sala por un posible contagio y no pudo recibir asistencia médica exterior.

El 16 de marzo estaba prevista la última deportación de 15 personas desde Madrid con destino Mauritania. Estos migrantes debían ser acompañados por unos 30 agentes de Policía, pero tras las críticas de los agentes al operativo en plena crisis del coronavirus, Interior canceló este vuelo en una decisión sin precedentes.

cie aluche madrid / cie que es
CIE de Aluche, en Madrid / Flickr Ahora Madrid

Ante sus pobres condiciones, 10 personas pudieron escapar del complejo de Aluche en septiembre de 2019. La congoleña Samba Martine, que ingresó enferma en Aluche en 2011, murió en su interior a causa de una negligencia médica, lo que contribuyó al cuestionamiento mediático de este tipo de prisiones. La antigua alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, comentó a los medios de comunicación tras una visita a sus instalaciones que las condiciones que sufren estos presos son “peores que en una cárcel” y también pidió su cierre.

4. Barranco Seco, en Las Palmas de Gran Canaria

El juez Arcadio Díaz Tejera ordenó el 1 de abril el desalojo del CIE de Las Palmas de Gran Canaria tras calificarlo de “ratonera” y ante “un progresivo contagio” del patógeno entre las personas que encerraba. La decisión se apoyaba en las condiciones de “hacinamiento” que sufrían en su interior estas personas y la “inexistencia de controles adecuados” contra la enfermedad del coronavirus.

El 3 de abril, 35 de los 44 migrantes que quedaban en el CIE de Barranco Seco fueron reubicados en una residencia cercana. Este último fin de semana había cuatro casos de coronavirus entre los restantes y otros cuatro posibles casos a la espera de asistencia sanitaria.

5. Hoya Fría, en Santa Cruz de Tenerife

En octubre de 2019, el CIE de Santa Cruz de Tenerife tuvo que liberar reclusos, ya que excedían la capacidad del mismo: unas 238 personas internas.

Debido a las habituales condiciones de hacinamiento, una veintena de personas escaparon de su interior en agosto de 2018. Entre los pasados 5 y 6 de abril el complejo fue completamente vaciado tras el positivo por COVID19 de un agente de Policía

En 2006, un chaval de 20 años y nacionalidad gambiana murió por tuberculosis en el CIE de Tenerife. Los casos de tuberculosis y otras enfermedades mortales son muy frecuentes estas prisiones que, al mismo tiempo, carecen de capacidad médica y para combatirlas.

6. La Piñera, en Algeciras (Cádiz)

El miércoles 1 de abril cuatro reclusos con ascendencia marroquí comenzaron una huelga de hambre en protesta contra la falta de asistencia médica frente al coronavirus.

Al día siguiente, dos de estas personas fueron liberadas y las otras dos permanecieron en su interior. Algeciras Acoge, una organización adjunta de Andalucía Acoge, presentó un escrito al Juzgado que pedía la liberación de estos dos migrantes.

Uno de ellos, de 52 años de edad, es un solicitante de asilo que se encontraba yendo a clases cuando fue apresado y encerrado. El Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla decretó su internamiento a finales de febrero por 60 días. El 6 de abril, estas dos personas aún continuaban en este centro de internamiento, y al día siguiente fueron trasladados dos más desde Zapadores.

7. Tarifa (anexo al CIE de Algeciras)

El 25 de marzo el CIE de Tarifa, en la Isla de las Palomas, quedó vacío al ser liberados las últimas personas que quedaban en su interior. En esta crónica de La Marea, una periodista denuncia el precario estado de las instalaciones, que compara con Robben Island, la isla donde Nelson Mandela pasó sus 18 años de prisión durante el apartheid de Sudáfrica.

8. Sangonera la Verde, en Murcia

El CIE de Murcia ha cerrado sus puertas el 9 de abril. Es el que más personas presas albergaba hace 4 días (22 migrantes) y el día 10 fueron liberadas las 11 últimas.  

Olga Reverte, titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, dictó el miércoles 1 de abril una resolución para liberar paulatinamente a todos los migrantes entonces confinados en este centro de internamiento. Es mismo día fueron puestas en libertad 11 personas.

El 18 de marzo, y en protesta por la falta de asistencia sanitaria contra el virus, 40 de las personas encerradas (entonces eran 90 internos) comenzaron una huelga de hambre. Las reformas de las instalaciones de Sangonera están previstas, según Interior, para este mismo 2020.

El suicidio en el antiguo CIE de Archidona (Málaga)

cie archidona / carcel malaga II / centro internamiento /carcel de archidona
CIE de Archidona / Foto: Larissa Saud / Fundación porCausa

El centro de Archidona fue desalojado de migrantes en enero de 2018, tras múltiples quejas de violencia policial por parte del Defensor del Pueblo, ONG, familiares de los reclusos, partidos políticos entonces en la oposición y hasta por parte de la misma Iglesia. El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) lo calificó en un informe como un “fraude de ley”, ya que se dispuso de la cárcel de Archidona, el Centro Penitenciario Málaga II, como Centro de Internamiento de Extranjeros sin ninguna reforma previa.

La historia de este CIE-cárcel es corta, de unos pocos meses, ya que fue inaugurado tan solo en noviembre de 2017 como Centro de Internamiento de Extranjeros. No obstante y pese a su corto tiempo en esta función, albergó el supuesto suicidio por ahorcamiento de Mohamed Bouderbala, un ciudadano argelino de 36 años de edad. Las pesquisas policiales fueron rápidamente cerradas y han vuelto a reabrirse para demostrar si en efecto se ahorcó o fue asesinado. Bouderbala murió “por un trozo de pan” tras pasar 18 horas aislado y sin comer.

Corrupción en el CIE fantasma del Matorral, en Fuerteventura

Gracias a la investigación de porCausa, publicada a finales de 2017, el mundo conoció la verdad sobre el CIE de Fuerteventura: el gobierno del Partido Popular gastó más de 4 millones de euros en servicios de agua, luz, alimentación, limpieza y mantenimiento del centro, que estuvo vacío (“no operativo”, “cerrado temporalmente”) durante más de 3 años.

Esta investigación, llevada al Senado por María José López Santana, senadora de Nueva Canarias, consiguió cerrar el El Matorral con el cambio de Gobierno en junio de 2018. 

No obstante y según las últimas informaciones de principios de año, Interior estudia ahora reabrirlo por la saturación (a principios de 2020) de los CIEs vecinos de Hoya Fría (Tenerife) y de Barranco Seco (Gran Canaria).

El Matorral ha sido el tercer centro de internamiento que más coste generó a la Administración desde 2013. Solo el de Madrid y el de Algeciras fueron más caros, aunque estos sí estuvieron ocupados. Entre 2013 y 2016, el Gobierno destinó al menos 874.740,98 euros a la alimentación de unos internos que no existían.

Historia de presos inocentes

Las historias de presos inocentes han sido utilizadas desde siempre y de manera natural para la conformación de identidades. Los motivos para defender a los condenados injustamente son los valores que configuran estas identidades, que ensalzan al preso como mártir, convirtiendo su figura en mito. Existen multitud de ejemplos en la Historia.

cie presos / que es un cie / centro internamiento extrajeros
Nuestro Padre Jesús Cautivo en el Postigo / Foto: Juan Carlos Hervás / Facebook Hermandad de Santa Genoveva

La imagen que ilustra este post es el paso de misterio de la Hermandad de Santa Genoveva de Sevilla, Nuestro Padre Jesús Cautivo en el abandono de sus discípulos. La fotografía fue tomada el pasado Lunes Santo de 2019 a su paso por El Postigo del Aceite por Juan Carlos Hervás. Con ella ganó el concurso Antonio González Abad, organizado por la misma hermandad, que incluyó la imagen en su cartel de la Semana Santa 2020.

El Cautivo es una de las figuras más reconocibles de la Semana Santa sevillana y un tópico cultural cofrade en el resto de provincias. Simboliza la soledad del mártir. Es una historia más de condena a un inocente. 

Por cierto, Jesús, María y José fueron migrantes, al igual que tú. 

Fuentes:

González Beilfuss, Markus. «Los CIE: una realidad controvertida y compleja». Anuario CIDOB de la Inmigración, [en línea], 2017, pp. 298-16, https://www.raco.cat/index.php/AnuarioCIDOBInmigracion/article/view/10.24241-AnuarioCIDOBInmi.2017.298 [Consulta: 6-04-2020].

Leave a Reply